viernes, 3 de abril de 2009

La Luna que queria existir


La Luna sentía que estaba allí pero que nadie se percataba de su existencia.

Se preguntaba a sí misma: ¿como puede ser que siendo y estando nadie se percate de mi presencia?.

Había días que la tristeza le podía y otros, los más, que planeaba como cambiar lo que para ella era una gran injusticia.

Un día trazó un plan: siempre estoy ahí y solo algunos se dan cuenta de mi presencia por la noche... Voy a hacerme notar de una manera tan especial que a todos les sorprenda y sientan alegría al verme.

Se dedico a observar lo que sucedía en la Tierra desde que el Sol se ponía al atardecer hasta que este volvía a llenar de luz el Firmanento.

Hablo con multitud de estrellas que pensaban, al igual que ella, que era injusto transmitir su energía a todos y que pocos seres humanos fueran capaces de percibirlas.
Algunas de ellas la
menospreciaron: ¡eres una simple luna y pretendes que te miren mas que a nosotras, que brillamos con luz propia!

¡ Pero ella seguía en su empeño!.

Hablo con las nubes y les dijo: si pudierais estar siempre apartadas de mí todo resultaría mas fácil. Pero ellas le contestaron que no era decisión suya, su posición dependía del viento y que este era tremendamente caprichoso.

Intentó hablar con el Alba, pero siempre estaba muy ocupada en su transición de la noche al día.

¡ Y entonces se le ocurrio una gran idea!: si consigo hablar con el Crepúsculo, que está tanto o más ocupado que el Alba, quzás pueda conseguir hacerme presente en ambos momentos.

¡ Y así lo hizo!... Una tarde se despertó un poco antes de que se fuera el Sol a dormir y esperó a que llegara su amigo... Este se sorprendió al verla: pero Luna, ¿que haces aquí? si aún no es tu hora, le dijo. Ella le contestó: quería hablar contigo de algo muy importante para mí....!
Hablo y contó de su pesar y sus deseos. El Crepúsculo, escucho con mucha atención sus palabras. Estuvo un rato callado y luego le dijo: yo estoy dispuesto a darte un tiempo antes de la noche y posiblemente si le hablamos al Alba de mi decisión, podremos conseguir algo de ella....¡ Pero eso es imposible! dijo la Luna, tú nunca coincides ella...Sonriendo, con toda la serenidad que pocos pueden mostrar, ante la incredulidad de su amiga le contestó: que no nos vean a la vez no significa que todos no formemos parte de una sola cosa...La Luna ya no entendía nada...Entonces escucho lo que solo alguien muy sabio puede pronunciar: confía en mí, espera y antes de que salga el Sol lo podras entender...!


Llegó la noche, salió la Luna y esperó con tranquilidad y esperanza que acabara su horario de siempre. Cuando la noche casi llegaba a su fin oyó una voz que le dijo: vamos, una espesa nube ocupará tu sitio.

Se dejó guiar y juntos llegaron a donde el Alba aún dormía. ¡Hola amiga querida!, gritó el Crepúsculo. Ella entreabrio sus ojos...¿Pero por qué me despiertas?, ¡aún no es mi hora!....¿Y que haces tú acompañado de la Luna?...Tranquilizate, todo está en orden, le dijo. Solo quería comunicarte que a partir de hoy, permitiré que nuestra pequeña amiga ocupe un espacio cuando el dia esté acabando y te ruego que tu hagas lo mismo antes de que llegue el Sol. Seria maravilloso empezar a cambiar las cosas.. Creo que el momento ya llegó.. Ella sonrío y con sus ojos brillantes accedió....

El día se iluminó: azul salpicado de pequeñas nubles blancas y el Sol salió...Pero nuestra amiga aún seguía allí...Presente, casi transparente, pero estaba.

¿Y que te puedo contar de su presencia cuando está a punto de llegar el Crepúsculo?...Es algo extraordinario...Alta, clara, fresca y esperando a su gran amigo, que comprendió, que el que ella estuviera en dos momentos tan hermosos del día, daría mucho que pensar a todos los que la quisieran ver...y tuvieran voluntad de cambiar su Destino...!

Yo la he visto...Antes del Alba y del Crepúsculo...¿Y tú?...ESPERO QUE SI...!



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